
No toda la ira es igual. ¿Sabías que existen formas saludables y no saludables de controlar tu ira? A veces es bueno y correcto enojarse por algo. El cambio positivo puede surgir del enojo por la injusticia o la desigualdad. La ira justa o justificada por haber sido maltratado puede ser un gran motivador para el cambio.
Pero si has tenido malas experiencias de ira, digamos pésimos modelos a seguir en tu infancia, es posible que solo veas la ira como destructiva y aterradora. Pero aprender a controlar la ira para poder manejar esos sentimientos de ira puede tener un efecto positivo en tus relaciones.
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Cómo la ira afecta a la salud mental y física
Varios estudios han puesto de relieve los efectos negativos de la ira. La ira o los enojos mal controlados podrían causar varios problemas de salud y afectar a la persona en el largo plazo.
La ira es el vínculo a la depresión como un estudio descubrió cuando se estudiaron los problemas de la ira en los maridos y esposas. Concluyó que las esposas son más propensas a asociar la ira con los síntomas de depresión, mientras que los maridos tienden a asociar la ira con problemas de salud.
En otro estudio, se encontró que la ira puede causar que las heridas tarden para sanar, o sea más lento de lo normal. Los que tienen un mal control sobre la ira también tienen un proceso de curación más lento. Además de eso, se encontró también que tienen más cortisol en su sistema, que es una de las hormonas del estrés, lo que sugiere que están más estresados en situaciones difíciles en comparación con las personas normales.
La Escuela de Salud Pública de Harvard ha realizado un estudio sobre la hostilidad en los hombres y se encontró que los individuos que expresan sentimientos hostiles, tienen problemas en forma paralela al respirar. En conclusión podrían experimentar con los años una disminución de la función pulmonar a medida que envejecen. Otras investigaciones sugieren que individuos coléricos de ambos sexos que no saben manejar la ira, están más predispuestos a padecer enfermedades como la diabetes, hipertensión, arteriosclerosis y artrosis.
Los niños y adolescentes que tienen un control deficiente para controlar la ira se ha demostrado que aumenta el riesgo de problemas en las relaciones personales. El manejo pobre de la ira puede influir negativamente en la salud mental como en la salud general.
Es importante tomar medidas para aprender a controlar la ira eficazmente, ya que la ira se puede presentar en muchos aspectos de la vida junto con el estrés, y repercutir negativamente tanto en la salud mental como física.
Estrategias que te ayudarán a controlar la ira de manera saludable
1. Saber con qué estás lidiando
Comprender por qué estás enojado y de dónde viene es clave. Tal vez estés estresado y de mal humor, fatigado o enfermo. O quizás la razón de tu enfado sea evidente.
Una vez que comprendas tu enojo y sus fuentes, puedes comenzar a lidiar con él.
2. Escríbelo
Convertir tus sentimientos en palabras es un acto poderoso. Simplemente escribe lo que se te ocurra, incluso si no tiene sentido.
El acto de escribir tus pensamientos evita que corran en círculos en tu cabeza y los pone por escrito. Lo más probable es que ni siquiera parezcan tan grandes o insuperables. Incluso podrías comenzar a ver patrones, para que puedas comprender qué desencadena tus sentimientos de enojo.
3. Toma alguna acción
Una vez que sepas qué te hace enojar, puedes planificar soluciones alternativas. Se consciente de los factores desencadenantes de la ira y minimízalos. Eso puede significar asegurarte de comer adecuadamente para evitar las crisis de azúcar en la sangre, dormir lo suficiente, hacer ejercicio y tomarte un tiempo para el cuidado personal.
No podrás evitar estar enojado a veces, pero puedes tomar el control, por lo que no serás vulnerable a la ira y la frustración.
4. No te preocupes
Estar pensando constantemente sobre la causa de tu ira es activamente inútil. Te mantiene atrapado en esos sentimientos negativos, te mantiene atrapado en el modo de víctima y te mantiene impotente.
La melancolía también es mala para la presión arterial y te mantiene hervido en adrenalina y cortisol, las hormonas del estrés de lucha o huida que son excelentes en una emergencia y no tan buenas para tenerlas todo el tiempo.
5. No repitas tu ira
Hablar de tus problemas puede ser útil si lo compartes con un amigo de confianza. Pero debes tener cuidado de mantenerte enfocado en la ira y el enojo, o podrías terminar repitiendo tus problemas una y otra vez. Al igual que las cavilaciones, las quejas pueden impedirte seguir adelante y encontrar soluciones para controlar la ira de manera saludable.