
Es probable que surjan conflictos, ya sea en casa, en el trabajo o en el medio. Lamentablemente, lo que puede empezar como algo trivial puede rápidamente convertirse en algo mucho más serio en cuestión de minutos.
Por eso vale la pena saber cómo resolver eficazmente cualquier conflicto en el que te encuentres. De esta manera, puedes crear límites saludables y equilibrar tus emociones sin crear estrés y ansiedad innecesarios.
A continuación se ofrecen cinco estrategias para una resolución de conflictos más eficaz que te ayudarán a salir de cualquier problema.
Índice de contenido
¿Cuáles son las estrategias para una resolución de conflictos más eficaz?
Estrategia 1: Encuentra la fuente del conflicto
El primer paso en la resolución de conflictos es identificar el origen del problema. Una vez que identifiques el problema, podrás comenzar a tomar las medidas adecuadas para solucionarlo.
Por otro lado, si continúas sin saber exactamente por qué te sientes así, estarás enojado y alterado sin saber realmente por qué.
Entonces, si bien puede parecer una pérdida de tiempo al principio, si lo piensas bien, no podrás resolver ningún problema a menos que primero encuentres la fuente del problema.
Aquí hay otra forma de verlo:
Cuando identificas la causa raíz del problema, todos los involucrados pueden ayudar a esforzarse por no repetir lo mismo en el futuro.
Estrategia 2: Encuentra un lugar tranquilo y seguro para hablar
Una vez que comprendas las causas subyacentes del conflicto, es hora de involucrar a la otra persona si aún no lo ha hecho. Lo que pasa con el conflicto es que hay que cortarlo de raíz y abordarlo de manera oportuna, para que no se manifieste en algo más grande con el tiempo.
Recuerda que no hay nada de malo en tener una diferencia de opinión de vez en cuando. Sin embargo, ¡la forma en que te comunicas es lo que marca la diferencia en el mundo!
Sin embargo, todos hemos estado en situaciones similares y puede resultar desalentador intentar participar en este tipo de discurso. Sin embargo, tienes que reunir el coraje y empezar porque cuanto antes lo afrontes, mejor será el resultado.
Estrategia 3: Escucha activamente
La escucha activa juega un papel importante a la hora de determinar la forma en que se desarrolla la resolución de conflictos. Por eso, hay que tener paciencia cuando le toca hablar a la otra persona.
Anota cualquier refutación que se te ocurra para evitar interrumpirla.
Demuestra que respetas las emociones y el punto de vista de la otra persona. De esta manera, se esforzarán en intentar hacer lo mismo cuando sea tu turno de hablar.
Estrategia 4: Señala formas de resolver el problema
Después de que cada persona haya tenido la oportunidad de hablar y escuchar, el siguiente paso es tratar de encontrar algún tipo de término medio en el que ambas partes puedan estar de acuerdo.
Probablemente necesitarás lápiz y papel o una pizarra para escribir tus ideas. Luego comienza a hacer una lluvia de ideas.
Escribe todas las ideas que te surjan, incluso las más locas. Éstos suelen ser los que conducen a un fin efectivo del problema.
Sin embargo, hay una cosa fundamental que siempre se debe recordar cuando se trabaja para resolver cualquier conflicto, y es centrarse únicamente en el problema en cuestión y no en la persona.
Esto ayudará a que la otra persona se sienta lo suficientemente segura como para comenzar a encontrar formas de resolver el problema, en lugar de estar siempre a la defensiva o sentir que la juzgan constantemente.
Estrategia 5: Acuerda la mejor solución
Encontrar puntos en común puede ser más fácil de decir que de hacer. Requiere que cada parte asuma su parte del conflicto.
No sólo eso, sino que también significa que tienen que esforzarse por buscar un compromiso adecuado. Además, deben tomar las medidas necesarias para solucionarlo y asegurarse de que no vuelva a suceder.
Eso sólo puede ocurrir una vez que todas las partes hayan establecido expectativas claras respetando al mismo tiempo las diferencias de la otra persona. Además, es útil pensar en el conflicto como una oportunidad para crecer. Cuando se gestiona correctamente, puede aportar una gran información y ayudarte a estar más en sintonía con tus necesidades y las de quienes le rodean.
La buena noticia es que después de abrir líneas de comunicación, tomarse el tiempo para escuchar y colaborar en soluciones, a partir de ahí todo será mucho más fácil. Para una resolución de conflictos más eficaz, resulta más fácil establecer un terreno neutral donde todos se sientan cómodos hablando y compartiendo ideas.