Sabes que debes dejar de preocuparte tanto, pero parece que no puedes hacerlo. En muchos casos, te preocupas por cosas que están fuera de tu control. Esto simplemente empeora la situación, lo que genera estrés y ansiedad, lo que te da más motivos para preocuparte.
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Guía para dejar de preocuparte tanto
La preocupación se mete en todos los rincones de nuestra vida. Nos preocupamos por nuestros trabajos, nuestros hijos, nuestras relaciones, el dinero y un millón de cosas más todos los días. No es de extrañar que sintamos que no hacemos las cosas como nos gustaría.
Afortunadamente, no tiene por qué ser así. Para dejar de preocuparte y hacer un cambio en tu vida, hazte estas preguntas rápidas:
¿Qué es lo que realmente me preocupa?
Muchas veces, la preocupación es una máscara para algo completamente distinto. Quizás sea necesario un análisis detenido y algunas preguntas puntuales para llegar al meollo del asunto. Por otro lado, una vez que se tiene una comprensión clara de cuál es el problema real, es más fácil abordarlo y erradicar la preocupación por completo.
¿Es esto siquiera posible?
La preocupación lo infla todo hasta alcanzar proporciones monstruosas. Si tu preocupación parece un poco ridícula, probablemente lo sea. Da un paso atrás y pregúntate qué tan probable es este resultado. La preocupación no puede resistir este tipo de escrutinio.
¿Es esto algo que puedo controlar?
Somos muy buenos preocupándonos por algo que no podemos cambiar. En serio, ¿qué más da que mañana nieva? Nada de lo que hagamos podrá evitar que caigan los copos nieve. Acepta que a veces tendrás que dejarte llevar y adaptarte a las circunstancias.
¿Esto me afecta hoy?
Las preocupaciones sobre el futuro realmente pueden descarrilar tu vida hoy. Si te preocupa algo lejano, es hora de dar un paso atrás. Hazte una pregunta fundamental de seguimiento si te preocupa el futuro: “¿Hay algo que pueda hacer hoy que impida este resultado mañana?” Si es así, ahora tienes un plan de acción. ¡Hazlo!
¿Estoy pasando demasiado tiempo con una preocupación?
La preocupación obsesiva no ayuda a nadie. Si te encuentras volviendo a la misma preocupación una y otra vez, es posible que necesites ayuda para salir de este ciclo. Considera hablar con alguien, como un buen amigo o incluso un consejero o profesional capacitado, para que te ayude a salir de este círculo vicioso.
¿Le doy importancia a las opiniones de los demás?
Si te preocupa lo que opinan los demás, ¿por qué? Si te preocupa impresionar a tu jefe, hay mejores formas de hacerlo que preocuparse. Sin embargo, la mayoría de las veces descubrirás que las opiniones de la mayoría de las personas realmente no importan. No dejes que te afecten.
Una vez que tengas las respuestas a estas preguntas, descubrirás que te resultará más fácil volver a encarrilar tus pensamientos.
Si deseas evitar los muchos peligros para la salud que puede ocasionar la preocupación excesiva, practica las siguientes 5 estrategias para no preocuparse.
Técnicas que te ayudarán a dejar de preocuparte
1 – Lleva un diario de preocupaciones
Empieza a registrar todo lo que te preocupa. También haz un seguimiento de si tu preocupación tuvo algún impacto en el problema. Lo que encontrarás es que la preocupación, en sí misma, no produce resultados positivos. También puedes encontrar que pasas gran parte de tu día preocupándose, y esta revelación debería ser suficiente para decirte que estás perdiendo el tiempo preocupándote por cosas que no deberían preocuparte.
2 – Olvídate del miedo a perder algo
FOMO es algo real. Ese es el acrónimo (sus siglas en inglés) del miedo a perderse algún evento, actividad o experiencia. Un solo ser humano no puede estar en todas partes a la vez. No puedes asistir a todas las funciones sociales o disfrutar de todas las experiencias posibles que te gustaría. La próxima vez que comiences a preocuparte por no estar presente en algún evento, fiesta o experiencia, calma tus miedos y recuerda que no puedes estar en todas partes y hacer todo.
3 – Cambia tu dieta
Un cuerpo y una mente saludables promueven menos estrés y ansiedad. Una deficiencia de vitaminas B, como la B12 y el ácido fólico, puede provocar una respuesta de depresión y ansiedad en algunas personas. Comer muchos alimentos procesados, lo que muchas personas hacen en estos días, significa que el cuerpo está perdiendo muchos de los minerales, vitaminas y químicos que necesita para mantenerse saludable. Esto puede desencadenar una respuesta ansiosa en tu cerebro, que es su forma de decirte que no estás recibiendo la bondad nutricional que necesitas.
4 – Pon tu nariz a trabajar
La aromaterapia es un negocio de miles de millones de dólares en todo el mundo por una razón muy importante: ciertos aromas generan ciertas respuestas en el cerebro. Esto lleva a sentimientos de ansiedad o paz, estrés o calma, según lo que estés oliendo. El aroma a Lavanda o Azahar produce calma y relajación. El olor a pomelo, y otros aromas cítricos, te refresca y revitaliza, potenciando tu sensación de felicidad y nivel de energía.
5 – Muévete
Cualquier forma de movimiento físico o ejercicio hace que suceda algo maravilloso. Tu cerebro recompensa este comportamiento positivo liberando hormonas y sustancias químicas que te hacen sentir bien. Esta es la razón por la que el ejercicio cambia tu estado de ánimo y te hace sentir mejor con tu vida y el mundo que te rodea. Levántate de la silla y muévete y al instante sentirás menos ansiedad y te preocuparás por menos cosas en tu vida.
La preocupación se convierte en cosa del pasado cuando somos conscientes de ella y no permitimos que se vuelva obsesiva. Debes dejar de preocuparte. Imagínate la diferencia que hará una vida sin tantas preocupaciones.