¿Qué es la esperanza y por qué es importante?

¿Qué es la esperanza y por qué es importante?

La esperanza es una de esas cosas que la gente no siempre comprende bien, aunque, curiosamente, todos la necesitamos para vivir una vida feliz y saludable. Después de todo, la esperanza es lo que te ayuda a ver tu situación y luego te muestra la salida.

¿Qué es la esperanza?

Según el diccionario, la esperanza es “un sentimiento de expectativa y deseo de que suceda algo”. La esperanza ve el potencial en una situación. Echa un vistazo a estos sinónimos tomados del mismo diccionario

“Aspiración, deseo, anhelo, expectativa, ambición, meta, plan, sueño, ensueño”.

La esperanza no es un poco de felicidad cálida y esponjosa, ni una dosis de entusiasmo, aunque puede contener ambas emociones. La esperanza es, en cambio, una meta que incluye el deseo de llegar allí y la sensación de que se puede.

Lo que hay que tener en cuenta es que la esperanza es necesaria para vivir. Sin ella, no solo nos estancamos, sino que también perdemos la voluntad de vivir por completo. La esperanza importa. Este es el por qué:

¿Por qué importa la esperanza?

La esperanza se ve atrapada en la interconexión de las cosas. Necesitamos esperanza para hacer realidad nuestros sueños, pero como grupo, nuestras comunidades también necesitan esperanza para sobrevivir. La esperanza nos muestra por qué vivimos y por qué luchamos.

¿Algunos otros aspectos de la esperanza?

  • La esperanza nos hace creativos. Sin esperanza, no buscaríamos soluciones listas para usar a nuestros problemas, ni perderíamos el tiempo tratando de encontrar una nueva forma de hacer las cosas.

 

  • La esperanza nos pone a trabajar. Sin esperanza, no tiene sentido ni siquiera intentar hacer un proyecto. La esperanza nos dice que nos pongamos manos a la obra y nos empuja a seguir adelante, incluso cuando el interés en ese proyecto decae.

 

  • La esperanza nos empuja a superar cualquier fracaso. Con esperanza, podemos ver nuestros reveses como oportunidades para aprender y crecer. La esperanza enciende nuestras habilidades para resolver problemas, por lo que entendemos la mejor manera de hacer las cosas a través de la experimentación y la perseverancia.

 

  • La esperanza nos hace mirar hacia el futuro. Más que eso, nos ayuda a dejar atrás el pasado para que podamos recibir nuestro brillante futuro con los brazos abiertos. La esperanza nos ve como si fuéramos a alguna parte y luego nos muestra el camino para llegar allí.

¿La mejor parte de esto? Es contagioso. Si sales al mundo lleno de esperanza y entusiasmo, puedes estar seguro de que lo encontrarás reflejado en los que te rodean, en aquellos que han aprendido a tener esperanza porque tú les mostraste el camino.

3 Formas de mantener la esperanza en tiempos de incertidumbre

La vida no siempre es como queremos que sea. Todo lo que tenemos que hacer es echar un vistazo a los titulares para ver que vivimos en tiempos muy inciertos. El trabajo que pensamos que era seguro podría no estar allí mañana. Siempre hay algún desastre natural en alguna parte. Y la gente parece ser más cruel que amable.

Es fácil quedar atrapado en una espiral negativa de dudas y ansiedad. ¿Cómo puedes mantenerte esperanzado y optimista cuando a tu alrededor todo lo que ves son mensajes negativos y miedo?

1. Estar aquí ahora

Al concentrarte en el presente, te resultará más fácil dar un paso atrás y actuar como un observador. Al practicar la atención plena, verás que puedes disfrutar de las cosas simples de la vida, sin importar cuán malas puedan parecer las cosas. Todas las preocupaciones y temores de lo desconocido pueden desaparecer si te concentras en el presente. Busca cosas en tu vida por las que estés agradecido.

2. Busca formas de mostrar compasión y empatía

La propagación de la esperanza debe comenzar en alguna parte. Comienza con la única persona que puedes controlar, tú mismo. Al buscar oportunidades para propagarla a través de actos de bondad al azar, se convierte en el impulso para que otros hagan lo mismo. Tu corazón compasivo y tu capacidad para caminar en los zapatos de los demás serán la guía para quienes te rodean. ¿E incluso si no lo es? Al menos habrás cambiado un corazón: el tuyo.

3. Hacer algo

La persona sin esperanza se estanca, prefiriendo esconderse del mundo. Si descubres que ese es tu caso, entonces es hora de forzarse a actuar, incluso si no te apetece. Sal de la casa. Llama a un amigo y sugiere una salida o ve solo. Encuentra un espacio verde en algún lugar porque se ha descubierto que estos lugares crean calma y alegría en aquellos que pasan incluso unos minutos allí. El objetivo es encontrar una acción positiva y adoptarla, sea lo que sea. Recoge la basura, abraza a un niño, haz algo que te haga sentir bien por dentro y allí encontrarás la esperanza floreciendo.

Es muy fácil quedar atrapado en la negatividad del mundo que te rodea. Solo buscando activamente la esperanza la encontrarás. Si practicas estos tres pasos con regularidad, podrás esperar con ansias cada día, sin importar lo que suceda a tu alrededor.

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