El estrés afecta a todos en un grado u otro. Identificar los factores estresantes, síntomas de estrés y proporcionar estrategias prácticas para mitigar el impacto en la salud mental y física es crucial para el bienestar.
Índice de contenido
Factores estresantes
Hay muchos tipos de factores estresantes diarios, como el estrés de conducir en el tráfico, el estrés en las relaciones, el estrés laboral y el estrés financiero.
También hay factores estresantes que aparecen sólo de vez en cuando pero que tienden a ser muy graves, como la muerte de un ser querido, cambiar de trabajo o tener un bebé. Todos estos factores estresantes se suman hasta el punto en que es inevitable que tengas síntomas y efectos adversos para la salud.
El estrés está relacionado con varios tipos de enfermedades que normalmente se consideran enfermedades físicas. Estos incluyen presión arterial alta, ansiedad, derrames cerebrales, ataques cardíacos, depresión, alteraciones en el sistema inmunológico (por lo que eres más susceptible a las enfermedades) y afecciones virales, como la gripe, el resfrío común, y el herpes.
Incluso las enfermedades autoinmunes se ven afectadas por el estrés. Hay más de 100 enfermedades autoinmunes que el estrés puede desencadenar o empeorar.
El estrés mental puede afectar la piel
Cuando estás bajo estrés, puedes contraer una variedad de enfermedades de la piel, como urticaria, ciertos tipos de erupciones y dermatitis atópica. El sistema gastrointestinal también se ve afectado por circunstancias estresantes. Pueden provocarle síndrome del intestino irritable, úlceras pépticas o gástricas o enfermedad por reflujo gastroesofágico, también conocida como ERGE.
Las personas no duermen bien cuando están estresadas
El estrés puede afectar no sólo la capacidad para dormir sino también el sistema nervioso en general. Las personas con demencia o enfermedad de Parkinson descubrirán que el estrés afecta negativamente a sus enfermedades.
Cuando estás bajo estrés, hay una serie de signos y síntomas físicos y emocionales que indican que estás sufriendo estrés. No tendrás todos estos síntomas porque hay muchos, pero incluso unos pocos síntomas indican cierto grado de estrés.
Algunos típicos síntomas del estrés mental son:
- Sensación de mareo, desmayo o aturdimiento
- Tener dolor en la espalda, el cuello o los músculos
- Sensación de temblores, especialmente alrededor de las manos y los labios.
- Tartamudear mucho o tartamudear
- Rechinar o rechinar los dientes
- Tener dolor en la mandíbula o dolores de cabeza.
- Desarrollar urticaria, “piel de gallina” o erupciones cutáneas
- Tener llagas por herpes, mayor riesgo de infección o resfriados
- Tener dificultad para tragar y boca seca.
- Sensación de sudoración en los pies o las manos, o tener las extremidades frías
- Sudar mucho o sonrojarse con frecuencia
- Tener un zumbido en los oídos que también puede sentirse como un chasquido o un zumbido en los oídos.
- Tener taquicardia, palpitaciones o dolor en el pecho
- Suspirar con frecuencia o tener problemas para respirar
- Tener un ataque repentino de pánico
- Sufre de diarrea o estreñimiento.
- Sufre de flatulencia o eructos intensos
- Tener náuseas, dolor abdominal o síntomas de acidez estomacal.
- Tener alergias que no puedes explicar
- Estar desinteresado en llegar a tiempo o en su aspecto
- Sentirse inútil o solo
- Sentirse suicida
- Tener ataques de llanto
- Sentirse abrumado por las cosas o sobrecargado por las expectativas de la vida.
- Estar confundido, desorganizado u olvidar cosas
- Tener pesadillas o dificultad para conciliar el sueño
- Tener un apetito aumentado o disminuido
- Tener dificultad para asimilar nueva información.
- Tener cambios de humor o sentir síntomas depresivos
- Ser hostil, frustrado o enojado
- Sentirse nervioso, culpable, preocupado o ansioso
- Tener una libido disminuida o una disminución en las capacidades sexuales.
- Orinar con frecuencia
- Tener problemas para tomar nuevas decisiones
- Sentirse inquieto o dar golpecitos con los pies con frecuencia
- Estar nervioso, irritable o frustrado
- Reaccionar exageradamente a cosas que solía pensar que eran menores
- Tener más accidentes de lo normal
- Sufre de un aumento de compulsiones u obsesiones
- Tener una productividad reducida en el trabajo o una eficiencia reducida en el trabajo
- Mentir para encubrir un desempeño laboral deficiente
- Hablar demasiado rápido o murmurar
- Ser excesivamente desconfiado o a la defensiva
- Tener problemas para compartir con otros o para comunicarse con otros
- Estar constantemente cansado y débil
- Usar medicamentos de venta libre en un grado excesivo
- Perder o ganar peso sin cambiar sus hábitos dietéticos
- Tener problemas con gastos compulsivos o adicción al juego.
- Usar drogas ilícitas, alcohol o cigarrillos.
Como puedes ver, esta es una lista larga de síntomas de estrés mental porque puede tener un gran impacto en el comportamiento, estado de ánimo y estado emocional. El estrés también afecta los sistemas de órganos y los tejidos dentro de todo el cuerpo.
Puede provocar inflamación en todo el cuerpo, desencadenando la aparición de una serie de condiciones de salud poco deseables. También ataca tus emociones y tu mente, lo que puede provocar trastornos neurológicos, alimentación emocional, desapego de amigos y familiares, ansiedad y depresión.
¿Qué puedes hacer ante el estrés excesivo?
Hay cosas que puedes hacer para reducir la percepción del estrés en tu vida. Puedes practicar meditación, terapia de masajes relajantes, visualización guiada, tai chi, yoga o qi gong.
Pero considera los siguientes 5 consejos la próxima vez que surja una situación estresante, y el estrés tendrá un impacto negativo mínimo en tu vida.
5 Prácticas para aliviar los síntomas de estrés mental de manera efectiva
Medita
Se ha demostrado durante siglos que la meditación eficaz reduce el estrés y la ansiedad. Hay muchos recursos de meditación gratuitos y de pago en línea para ayudarte a comenzar. Recuerda que no es necesario estar en un entorno o área física particular para meditar. Tu inversión de tiempo también puede ser mínima. Cierra los ojos, calma tu mente, concéntrate en tu respiración y en tan solo unos minutos podrás sentir que el estrés se escapa.
Cambia tu entorno
Si es posible salir de tu situación estresante, hazlo. Dar un paseo. Sal al sol. Quítate los zapatos y camina por un campo de hierba. Lee algunas páginas de un libro o mira un video divertido de un gato. A veces, tu entorno está causando el estrés, e incluso solo 5 o 10 minutos de distancia pueden mejorar la situación.
Trata bien a tu cuerpo
A veces, tu situación estresante es la forma que tiene tu cuerpo de decirte que no estás saludable. Esto significa comer bien, menos comida rápida y alimentos procesados, y más frutas, verduras, semillas, frutos secos y bayas frescas. Haz también algo de ejercicio, al menos de 3 a 5 días a la semana. Asegúrate de descansar lo suficiente y beber mucha agua.
Crea una zona libre de estrés en casa y en el trabajo
Como se mencionó anteriormente, el entorno a veces puede dictar tu estado de ánimo. Crea un lugar acogedor en casa y, si es posible, en el trabajo. Mantenlo simple, con la menor cantidad posible de objetos y posesiones. Añade imágenes y música que te tranquilicen y te hagan feliz. Este es un lugar donde puedes restablecer mentalmente tus emociones, minimizando el impacto del estrés.
Mira las cosas objetivamente
Tu estrés no siempre es tan intenso como crees. Los seres humanos a veces tenemos tendencia a exagerar demasiado una situación. Mira tus circunstancias como un extraño, sin juzgar. Esto te permite identificar la causa real del estrés, y luego puedes actuar en consecuencia.
Desafortunadamente, el estrés le sucede a todo el mundo. Eso significa que necesitas saber cómo aliviar los síntomas de estrés mental de manera efectiva.
También puedes intentar desestresar tu vida de otras formas. Esto significa deshacerse de una mala relación, cambiar un trabajo que odias o aprender a administrar mejor tus finanzas. Cualquier cosa que puedas hacer para disminuir los síntomas de estrés mental en tu cuerpo ayudará a que tus órganos se mantengan más saludables durante un período de tiempo más largo.